San Martin |
11º- Amor al Aseo ...
Amor al Aseo y desprecio al Lujo
El aseo no es solo el cuidado exterior, la higiene personal, la pulcritud en el vestir; es la adecuación del individuo a una seria y correcta manera de presentarse y de ser. Y es mucho más. El aseo, es por sobre todo, una severa instancia interior; es la adecuación espiritual a un concepto vital; es el ánimo solidario de respeto a los demás y hacia sí mismo. Es la actitud que valora, valorándose. Cuidar el aseo y amarlo, es amar lo bueno y lo puro, lo limpio y lo estricto; en ese amor se confunden “genio y figura”, en la totalización evidente de una manera de vivir, en el que se expresan modos de ser; en el que se señalan formas reales y concretas, objetivas y subjetivas. Cada individuo muestra qué es.
¿Cómo no iba a aconsejar San Martín el desprecio al lujo? ¿Es posible encontrar, acaso, entre los grandes hombres que hicieron la historia de la humanidad, triunfantes y vencedores, un ejemplo más rotundo de austeridad, sencillez, humildad y modestia? No es una mera instancia hacia una actitud: es la resultante de una indeclinable norma de su vida, de una conducta de sobriedad ejemplar, el perfil exacto de su personalidad. Es nada más, y nada menos, que la moral forjada en su hogar cristiano, en su actitud de creyente; porque en la grandeza de Dios, se encierran, siempre, la sencillez y la modestia.