San Martin |
Como Gobernador
La Intendencia de Cuyo, estaba constituida por Mendoza, San Juan y San Luis. Su población y extensión se estimaba así, según el censo de 1812:
PROVINCIA |
CIUDAD |
CAMPAÑA |
TOTAL |
SUPERFICIE EN Km2 |
MENDOZA |
5.478 |
7.831 |
13.318 |
150.000 |
SAN JUAN |
3.591 |
9.388 |
12.979 |
86.000 |
SAN LUIS |
1.716 |
15.121 |
16.837 |
76.700 |
Distribución de la población mendocina
Población Mendocina |
Ciudad |
Campaña |
Americanos |
2.529 |
3.054 |
Peninsulares |
90 |
46 |
Extranjeros |
11 |
8 |
Indígenas |
548 |
2.327 |
Negros |
2.200 |
2.356 |
Religiosos |
109 |
40 |
TOTAL GENERAL |
13.318 |
Distancias desde Mendoza |
A Buenos Aires |
1.100 Km |
A San Juan |
1.100 Km. |
|
A San Luís |
258 Km |
|
A Santiago de Chile |
390 Km |
Cuando San Martín llegó a Mendoza el 7 de septiembre de 1814, tenía 36 años. De su personalidad física, moral e intelectual, de sus trabajos y costumbres, de su vida civil y militar hay numerosos testimonios de quienes lo conocieron.
Según relato de Damián Hudson el recibimiento de los mendocinos fue afectuoso: "fue festejada con las más vivas demostraciones de adhesión y de amor a su persona", y desde entonces nunca disminuyó la admiración de Mendoza por el general San Martín que, a su vez, correspondió con una especial predilección. Fueron decisivos los trabajos realizados por San Martín en el gobierno y administración de Cuyo, en particular en Mendoza donde residió, desde el 7 de septiembre de 1814, día en que llegó, hasta enero de 1817, cuando partió hacia Chile. Aquí, su tarea se orientó a forjar la independencia de tres naciones.
A poco de su arribo a la provincia, el Libertador recibe la noticia del desastre de Rancagua. Los revolucionarios chilenos habían sido derrotados por los realistas el 2 de Octubre de 1814. Había finalizado lo que los historiadores chilenos llaman “la patria vieja”, es decir el primer gobierno patrio, que se había constituido el 18 de Septiembre de 1810. A raíz de este hecho se produce la emigración de militares y civiles hacia Mendoza. Los hermanos Carrera, entre ellos, los cuales le traerían al Libertador muchas dificultades.
Muchos de los emigrados chilenos fueron alojados en casas de familia, otros en cuarteles, algunos soldados quedaron en Mendoza y los demás siguieron a Buenos Aires.
Ahora necesitaba el gobernador redoblar su atención al gobierno civil y militar. Era indispensable recuperar Chile, la "ciudadela de América" y poco podía esperar entonces del gobierno de Buenos Aires. Era indispensable obtener los recursos de Cuyo que, a pesar de su pobreza, con el sacrificio y la abnegación de las tres provincias, daría vida al Ejército de los Andes.
San Martín desempeñó todas las funciones de gobierno, con la eficacia, la honestidad y el orden que le caracterizaban, fue poder ejecutivo, legislador, juez, edil y jefe militar; además, diplomático y político. Tuvo excelentes colaboradores que supieron interpretarlo, entre otros, los tenientes gobernadores Toribio de Luzuriaga en Mendoza, José Ignacio de la Rosa en San Juan y Vicente Dupuy en San Luís. Más de una vez exigió contribuciones y ayudas extraordinarias. "El pueblo derrama a borbotones toda clase de ayuda", dice Luzuriaga. Cuando en 1815 el Director Alvear le aceptó la renuncia y designó en su reemplazo al coronel Perdriel, recibió la adhesión popular"¡Queremos a San Martín!", gritaron los mendocinos en Cabildo Abierto, al igual que los Cabildos de San Juan y San Luís. El Cabildo mendocino le donó doscientas cuadras en Los Barriales, donde él hubiera deseado vivir siempre, y lo declaró "Ciudadano Honorario y Regidor Perpetuo" en 1821, cuando ya no era gobernador y estaba lejos de Mendoza.
Durante su gobernación, entre otras iniciativas y realizaciones, San Martín difundió la vacuna antivariólica; embelleció y extendió la vieja Alameda, paseo habitual de la sociedad mendocina; abrió canales de riego; delineó la Villa Nueva; impulso la industria y el comercio; dispuso el blanqueo de las casas; prohibió la construcción de balcones y ventanas voladas que obstruían el paso de los transeúntes. A través de su iniciativa se fundó la primera biblioteca mendocina y más tarde la del Perú; fomentó la instrucción y educación en Cuyo, dictó instrucciones a los maestros de escuela, prohibió los castigos corporales a los escolares y contribuyó a la creación del colegio de la Santísima Trinidad, primer establecimiento educacional mendocino de enseñanza secundaria. Aunque no asistió a la inauguración que estuvo a cargo de Luzuriaga, ha dejado un mensaje trascripto en el Acta funcional de la Universidad Nacional de Cuyo del 27 de marzo de 1939:
"Ningún hombre nacido en esta tierra debe tener a menos o creer que hace un sacrificio viniendo a esta ciudad excelente a fundar estudios hasta que ellos puedan marchar por sí solos..."
El gobierno de San Martín en Cuyo, es ejemplificador, no solo por sus virtudes como gobernante sino también como ser humano. Hay muchas anécdotas que hablan de su generosidad y criterio humano: cuando supo que a los presos en la cárcel de Mendoza les daban de comer cada 24 horas, se dirigió al Cabildo para que se incluyera cena en la alimentación diaria.