San Martin |
6º- Acostumbrarla ...
Acostumbrarla a guardar un Secreto
El secreto es una avispa que aguijonea siempre nuestra humana debilidad. La fuerza que da carácter y fortaleza al ánimo es necesaria. Será secreto en la medida que seamos capaces de guardar y respetar. Es, por otra parte, una realidad que tiene forma y fin; que está y que vive; que nos cerca y nos impele; es siempre el acicate que pretende romper las débiles paredes de nuestra humana condición. Claro que hay en su observancia una sólida disciplina y una real vocación de ser fuertes. De ser inexpugnables. San Martín daba al secreto un valor positivo y exigía en su observancia plena firmeza. Fue inflexible en su disciplina y supo hacer, de y en sus hombres, un culto del secreto y su expresión. Cuando señalaba que ni su almohada debía conocer sus secretos, imponía a su conducta la rigidez de su cumplimiento. Cuánto secreto guardó su vida. Cuanto perdón dio su generosidad. El secreto fue, en muchas ocasiones, la vía del olvido que se impuso para olvidar inconductas.
Saber guardar un secreto es ser depositario de una confianza. Y quien defrauda esa confianza es un ser despreciable