San Martin |
9º- Que hable ...
Que hable poco y lo preciso
“Cuando tu hables, tus palabras deben ser mejores que tu silencio”, sentencia un antiguo proverbio árabe. Si es cierto que somos prisioneros de nuestras palabras, esclavos de su expresión, también es cierto que ellas deben ser el resultado de una actitud consciente y de un examen prolijo y eficiente. Pitágoras nos aconseja que no hablemos con exceso para no enredarnos y tropezar. Ellas serán movidas por la certeza, la cordura y la verdad. No es la restricción del pensamiento y su trasmisión a través de la palabra; es la concreción de la mesura, del equilibrio y de la verdad. Producto de la ecuanimidad y resultante de una circunstancia real y positiva. Al indicar “que hable poco y lo preciso”, determina que la sobriedad debe ser el cauce por donde transiten la convicción y la verdad. “Lo preciso” es justamente eso: el pensamiento claro, expresado con el lenguaje apropiado, ceñido a la estrictez de la idea. Es que siempre se debe decir lo necesario con lo necesario.