San Martin |
El Libertador
1- Si alguna cosa es capaz de gloriarme en los sucesos felices que ha tenido el ejército de los Andes, es la idea de la suerte próspera que se presenta en la América en medio de los triunfos que han adquirido sus armas. 2- Me he consagrado ardientemente a la causa de la revolución. Ni mi salud valetudinaria, ni sacrificio alguno es capaz de arredrarme. 3- Siempre hubiera sido estéril mi esfuerzo para llevar las armas de la patria al triunfo contra sus enemigos, si el virtuoso y magnánimo pueblo de Buenos Aires, no hubiese apurado sacrificios en auxilio del ejército. 4- Después de la desgracia del 19 (Cancha Rayada), fue la naturaleza quien halló y desplegó a mi vista el espectáculo del sentimiento más encantador que se puede gozar sobre la tierra: Yo juro delante de Dios y de la América que no será nominal mi reconocimiento. 5- Ante la causa de la América está mi honor; yo no tendré patria sin él y no pudo sacrificar un don tan precio por cuanto existe en la tierra. 6- No hay respeto humano que deba guardarse cuando se trata de la seguridad y libertad americanas. 7- Desde el momento que presté mis primeros servicios a la América del Sur, no me ha acompañado otro objeto que su felicidad, éste es el norte que me ha dirigido y dirigirá hasta el fin de mis días. 8- Estoy al cabo de los grandes sacrificios que ha hecho ese pueblo y toda la provincia (Cuyo) que sólo pueden ser compensados con el conocimiento eterno de millares de generaciones americanas. 9- El amor a la patria me hace echar sobre mí toda responsabilidad si contribuyo a salvarla, aunque después me ahorquen. 10- Todo buen ciudadano tiene la obligación de sacrificarse por la libertad de su país. 11- Mi objeto desde la revolución no ha sido otro que el bien y felicidad de nuestra patria y al mismo tiempo el decoro de su administración. 12- Querer contener con la bayoneta el torrente de la opinión universal de la América, es como intentar la esclavitud de la naturaleza. 13- Anhelo sólo al bien de mis semejantes: procuro el término de la guerra; y mis solicitaciones son tan sinceras a este sagrado objeto, como firme mi resolución, si son admitidas, de no perdonar sacrificio por la libertad, por la seguridad y por la dignidad de la patria. 14- La desgracia puede repararse habiendo juicio. 15- Hagamos justicia a nuestra ignorancia y que el orgullo no nos precipite en el abismo. 16- ¿Y quién hace zapatos me dirá usted? Andemos con ojotas; más vale esto a que nos cuelguen, y peor que esto, perder el honor nacional. 17- Cuando me propuse derramar mi sangre por los intereses de nuestra causa, fue en el concepto de hacer su defensa con honor y como un militar, pero jamás me envolveré en la anarquía y desórdenes que son necesarios, y que deben manchar los párrafos de nuestra revolución. 18- Divididos seremos esclavos: unidos estoy seguro que los batiremos: hagamos un esfuerzo de patriotismo, depongamos resentimientos particulares, y concluyamos nuestra obra con honor. 19- Cada gota de sangre americana que se vierte por nuestros disgustos me llega al corazón. 20- Puedo asegurar que en mis providencias malas o buenas, jamás ha tenido parte la personalidad y sólo el objeto del bien e independencia de nuestro suelo. 21- Sólo deseo la independencia de América del gobierno español, y que cada pueblo si es posible, se dé la forma de gobierno que crea más conveniente. 22- El placer de un triunfo para un guerrero que pelea por la felicidad de los pueblos, sólo lo produce la persuasión de ser un medio para que gocen de sus derechos. 23- El general San Martín jamás derramará la sangre de sus compatriotas, y sólo desenvainará la espada contra los enemigos de la independencia de Sud América. 24- Presencié la declaración de la independencia de los Estados de Chile y el Perú. Existe en mi poder el estandarte que trajo Pizarro para esclavizar el imperio de los Incas, y he dejado de ser hombre público; he aquí recompensados con usuras diez años de revolución y guerra. Mis promesas para con los pueblos en que he hecho la guerra están cumplidas: hacer su independencia y dejar a su voluntad la elección de sus gobiernos. 25- Siempre estaré pronto a hacer el último sacrificio por la libertad del país, pero en clase de simple particular y no más. 26- En el último rincón de la tierra en que me halle estaré pronto a sacrificar mi existencia por la libertad. 27- Juremos no dejar las armas de la mano hasta ver el país enteramente libre o morir con ellas como hombres de coraje. 28- Al ejército de los Andes queda para siempre la gloria de decir: en veinticuatro días hemos hecho la campaña, pasamos las cordilleras más elevadas del globo, concluimos con los tiranos, y dimos la libertad a Chile.2 9- Al americano libre corresponde trasmitir a sus hijos la gloria de los que contribuyeron a la restauración de sus derechos. 30- Tiempo ha que no me pertenezco a mí mismo, sino a la causa del continente americano. 31- La biblioteca es destinada a la ilustración universal y más poderosa que nuestros ejércitos para sostener la independencia. 32- Perecer donde se eleve la libertad e independencia de la Patria, es la tumba más gloriosa para el bravo. 33- Hombres que se abandonan a los excesos son indignos de ser libres. 34- Soy enemigo de los tiranos, pero también lo soy de los malvados. 35- Perseguiré igualmente a los que atacando el orden social, sólo parecen nacidos para el oprobio y aflicción de la humanidad. 36- Nuestros desvelos han sido recompensados con los santos fines de ver asegurada la independencia de la América del Sud. 37- Los días de estreno de los establecimientos de ilustración, son tan luctuosos para los tiranos, como plausibles a los amantes de la libertad. 38- Para defender la causa de la independencia no se necesita otra cosa que orgullo nacional. 39- La libertad, ídolo de los pueblos libres, es aún despreciada de los siervos, porque no la conocen. 40- Sean cuales fueren las vicisitudes de la presente guerra, la independencia de la América es irrevocable. 41- La América del Sud será sepultada en sus ruinas antes que sufrir la antigua dominación. 42- La América es libre, y sus feroces rivales temblarán deslumbrados al destello de virtudes tan sólidas. 43- Nada debe ocuparnos sino el objeto grande de la independencia universal. 44- Mis débiles servicios estarán en todo tiempo prontos para la patria en cualquier peligro en que se halle. 45- Mi existencia misma la sacrificaría antes que echar una mancha sobre mi vida pública, que se pudiera interpretar por ambición. 46- Si somos libres, todo nos sobra. 47- La armonía que creo tan necesaria para la felicidad de la América, me ha hecho guardar la mayor moderación. 48- El último esfuerzo en beneficio de la América. Si éste no puede realizarse por la continuación de los desórdenes y anarquía, abandonaré el país, pues mi alma no tiene un temple suficiente para presenciar su ruina. 49- Brindo por la pronta conclusión de la guerra y por la organización de las diferentes Repúblicas del Continente. 50- Para defender la Libertad se necesitan ciudadanos, no de café, sino de instrucción y elevación moral. |